martes, 26 de junio de 2007

S.O.S.

Este chico con cara de no haber roto un plato en su vida es John Frusciante, guitarrista de los Red Hot Chili Peppers. En un pasado fue gran amigo de la diosa heroína, la que acabó por quitarle la ilusión y hasta los dientes. Consiguió quemar su casa con su alijo de guitarras dentro y Anthony Kiedis ( cantante ) le proporcionó unas nuevas. De esto ya han pasado algunos años, ahora parece que todo aquello ha desaparecido por completo y que John se ha reinsertado en la sociedad y en el grupo.

Un poco de historia nunca viene mal para que la gente sepa a qué nos enfrentábamos el Viernes pasado en Kobetamendi. Un grupo endiosado por sus últimos discos y que o bien se come el escenario o bien lo vomita. En Bilbao hubo de todo. Tuvieron un comienzo decente a pesar de los desafines de Kiedis, pero dios sabe que entre canción y canción tardaban más que Nadal entre punto y punto, lástima de juez de silla. El concierto prosiguió sin pena ni gloria hasta ese final psicodélico - artístico, que más bien pareció una apología musical al LSD que cualquier otra cosa. Y no sé porqué digo musical, porque aquello fue ruido desde el principio hasta el final...Lo puedo asegurar.

¿ Cosas que marcaron un antes y un después en el concierto? Pues probablemente la canción en solitario de Frusciante, una versión del mítico S.O.S. de Abba que conmovió, un sólo de batería de Chad Smith y la famosa botella/katxi que algún degenerado/a le lanzó a Flea al comienzo del show. Hay quien dice que éste fue el desencadenante de la chapuza guindillera. Y puede ser, no han venido aquí a que les tiren alcohol a los bajos...y nunca mejor dicho. De hecho prueba de que aquello influyó, fue su concierto 2 días después en Holanda, donde se cascaron un repertorio digno de ellos, Under the Bridge y Californication incluídos, y así como unos 6/7 temas más que aquí. Probablemente nos salió cara la embriaguez de algún energúmeno. Qué putada...

Esa es la crónica. No entraré en heridas de batalla, como esa que publicaba Gara de los pitidos en las carpas de DJ'S y demás. Eso ya es hacer sangre y se lo dejo a los periodistas de panfleto. Yo me quedo con S.O.S. y con ganas de encontrarme al anormal que dejó su huella kalimotxera en el escenario.

Los conciertos para mí se acabaron. Disfrutad de Metallica los que vayáis y los que no también, desde vuestras casas. A seguir kurrando, y no precisamente hoy, el estómago ha dicho no y debe ser que no. Cogeré fuerzas para mañana. Ciao!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo dicho por la mañana, que en Serbia tocaron ayer y casi los linchan de lo mal que lo hicieron. Que sus discos son buenos, pues sí, también los de The Beatles pero hace décadas que dejaron de tocar.

Hay que apostar por grupos nuevos, The Klaxons, Artic Monkeys, Simian Mobile Disco,..., que en directo se dejan los nuts, como buenos veinteañeros que son. Que para ver abueletes ya están las galas de La Primera.

From the desk helpbest in OSHA!